sábado, 31 de diciembre de 2011

Otro año que se va...

- ¡Corred, que sólo quedan dos minutos! - La voz de mi madre resonó procedente del salón.

Salí de la cocina y me apresuré a reunirme con el resto de mi familia, no sin antes coger unas tijeras de mi cuarto, que coloqué cuidadosamente al lado del cuenco que contenía mis doce uvas.

- ¡No, Miri, no empieces todavía que estos son los cuartos, no las campanadas! - Regañó mi tío a mi prima pequeña. Mi hermana Clara, tres años menor que yo, miraba la tele, expectante.

- ...¡Ahora! - Al aviso de mi tía todos cogimos nuestro cuenco y nos fuimos comiendo las uvas, las campanadas marcaban el ritmo. Una... Dos... Tres...

Yo las comía concentrada, preparada para lo que me proponía hacer, despidiendo mentalmente a aquel año que llegaba a su fin. Diez... Once... ¡Doce! 

Tras introducir la última uva en mi boca cogí rápidamente las tijeras y corté el cordel de color rojo que adornaba mi muñeca, ese que me había acompañado todos los días de aquel año, sin interrupciones, pero que a pesar de todo no parecía haberme dado suerte, precisamente.

ZAS. Por fin. Lo vi caer suavemente al suelo, toda la mala suerte que me había acompañado durante aquel año yéndose con él. Mientras, toda mi familia brindaba, deseándose todos un feliz año nuevo. Con una sonrisa en los labios cogí mi copa de champán y me uní a ellos.

Un nuevo año empezaba, y algo me decía que iba a ser diferente al anterior. Como se suele decir, año nuevo, vida nueva. Tenía la esperanza de que muchas cosas cambiaran para mejor ese año. Yo, desde luego, pensaba poner de mi parte. 

...Sí, no sabía por qué, pero definitivamente aquel iba a ser mi año.




Y así, a tan sólo unas cinco horas de acabar el año, con este pequeño relato,  fuegos artificiales de fondo, y una lista de propósitos por cumplir bajo el brazo me dispongo a decir adiós al 2011, que se va ya para no volver.

Me gustaría decir que este ha sido un buen año, de esos inolvidables que vienen cargados de momentos que en un tiempo al recordarlos hacen que una sonrisa involuntaria asome a tus labios. Sin embargo, siento decir que no ha sido de ésos precisamente. Tampoco pretendo volverme tremendista, por supuesto que ha tenido sus buenos momentos, sería absurdo negarlo. Ahora que lo pienso, más bien éste ha sido un año de extremos, no ha habido un punto medio. Emociones demasiado intensas, un sin fin de incertidumbres, excesivos cambios. Muchas veces no he podido evitar sentirme en un ambiente hostil, extraño... Eso es, no es que no haya sido un buen año, es sólo que ahora al final no me está dejando muy buen sabor de boca.

Pero bueno, como decía antes año nuevo, vida nueva, ¿no? Sinceramente no sé qué esperar de este año que entra. Sólo quiero cambios, muchos cambios, si pueden ser para mejor, bienvenidos sean. A ver si se endereza ya mi vida de una maldita vez.

Y bueno, para no enrollarme más sólo me queda desearos a todos y cada uno de vosotros (a mi familia, a mis amigas (sin las cuales no sé yo qué haría), a todas las personas nuevas que he conocido este año, a las que ya conocía, a las que me quedan por conocer, a los amigos de toda la vida y por supuesto a todo aquel que lea esto)  un muy FELIZ AÑO NUEVO.


De verdad, espero que paséis una buena noche, que empecéis el 2012 con buen pie y que el resto del año sea aun mejor! ;)

2 comentarios:

  1. Ja,ja,ja me encanta el cambio ue le has dado a tu blog y un feliz año a tí también (aunque un poco retrasado XD)

    ResponderEliminar
  2. No importa hombre;) Muchas gracias e igualmente!!

    ResponderEliminar