domingo, 27 de noviembre de 2011

Adelante, siempre hacia adelante. 
No hay oportunidad de volver la vista atrás.
Ya no.
Una árida y extensa llanura se extiende a tus espaldas, en mitad del camino, haciéndose cada vez más grande.
Y no serás tú quien intente recorrerla de nuevo. Ya no te corresponde a ti. Te cansaste.
Así pues ya sólo hay una opción... Seguir caminando, un lento e inexorable avance.
A lo lejos ya se puede divisar la ciudad, las luces, el bullicio, impaciente por incluirte en su dinámica.


Y aunque podría haber sido de otra manera, no lo han querido así.
Pero bueno, así es la vida. Caprichosa, inestable, intrigante. Llena siempre de nuevas expectativas.

Ahora solo queda seguir su curso y ver qué te depara este nuevo rumbo.
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