viernes, 2 de septiembre de 2011

Flashback

Todo momento del día puede resultar entretenido, incluso el más insignificante, por muy pesado que nos pueda parecer. Miradme a mí, por ejemplo. Estoy aquí sentada un banco en mitad de un parque, esperando a una amiga con la que he quedado para tomar algo. Cualquiera que me viera pensaría que estoy completamente abstraída, dándole vueltas a quién sabe qué asunto sin prestar atención a nada de lo que me rodea.

Pero eso no es exactamente así... Pensativa sí estoy, es cierto, pero no evadida del mundo.

Lo que estoy es observando.

Una escena ha captado mi atención desde hace un rato. En realidad podría parecer muy normal, es simplemente un grupo de amigas que acaba de llegar. Mientras parlotean sin descanso van buscando un hueco libre para sentarse en la gran extensión de césped que se extiende ante ellas. Llevan bolsas con comida y bebida, por lo que probablemente se dispongan a pasar allí toda la tarde, aprovechando las últimas horas de sol que aún quedan.

Me fijo sobre todo en una de las chicas, que va de las últimas. No estoy segura de por qué llama mi atención,   juraría que no la he visto en mi vida, quizá es por su afanosa búsqueda en su bolso... Por fin encuentra lo que quiere, su móvil, pero al sacarlo se le cae el bolso al suelo. Rápidamente se agacha a recogerlo y lo sacude, ya que se le ha llenado de... ¿Ramitas, tierra, hojitas? Desde aquí no puedo percibirlo bien. El caso es que de pronto se las queda mirando, y mira el suelo, y luego un lugar concreto a su derecha...

La expresión de su cara cambia en un instante. De estar tranquila y relajada, incluso alegre, pasa a parecer melancólica, ausente... Pero luego trata de recomponerse, volviendo a unirse a sus amigas, que han seguido adelante. Puedo intuir perfectamente qué puede estar pasando por su cabeza. Algo que me ocurre con frecuencia, y más en los últimos tiempos...

- ¡Hey, Lena! ¡Lena!

Una voz me saca de mis ensoñaciones. Es mi amiga Dianne, que por fin ha llegado. Nos saludamos con un fuerte abrazo, hacía bastante que no nos veíamos. Comenzamos a hablar rápidamente y a ponernos al día de todo lo que nos ha pasado en este tiempo. Promete ser una tarde agradable, entre amigas...

No puedo evitar dirigir una última mirada al grupo de chicas antes de perderlo de vista, más concretamente a la que se le cayó el bolso. "Me temo que hoy no serás la única que tenga que aparentar más alegría de la que siente, amiga", no puedo evitar pensar. Porque, aunque nunca llegue a saberlo, la entiendo mejor que nadie... Yo tampoco he estado libre de flashbacks indeseados esta tarde.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario