domingo, 2 de octubre de 2011

Cambios, cambios everywhere.


Y de pronto un día se te ocurre ponerte a reflexionar sobre tu vida y te das cuenta de cómo ha cambiado todo. De cómo de un día para otro has pasado de ser una cría a convertirte en una adulta, al menos legalmente. Y de todas las cosas que han llegado con ello.

De repente te encuentras con nuevos estudios, nuevos lugares, nuevas personas, nuevas amistades, nuevas reglas, nuevos hábitos, nuevas libertades. Ante ti se abre un desconocido mundo de posibilidades inexploradas, un gran abanico de opciones que a lo único que está esperando es a que juegues tu próxima carta. Aceptando las consecuencias y responsabilidades que conlleve. Mas por grande que sea el margen de error, ¿no compensa esa gratificante sensación que te invade tras una decisión bien tomada?

A medida que nuestra vida avanza, cambia a placer, nuevas etapas sustituyen a las anteriores, así será hasta que termine el camino. Pero por mucho giro radical que dé todo, no todas las cosas han de ser innovadoras, ¿no? Si te fijas, lo esencial siempre permanece. Tu familia, tu casa, tus verdaderos amigos, ellos siempre están ahí. Personas que te importan y a las que les importas de verdad. Y que te ayudan a volver al punto de partida cuando no eres capaz de encontrar tu camino y amenazas con perderte definitivamente, dejando de ser tu mismo.

Porque hay veces que la vida nos engaña, creando espejismos que nos parecen tan reales que los llegamos a considerar necesarios, imprescindibles. Y así, cuando el día menos pensado desaparecen no nos lo esperamos, no estamos preparados y su ausencia nos rompe, nos descoloca, volvemos a movernos a ciegas en una oscuridad que ya no nos es familiar. Una oscuridad más negra de lo que nos había parecido nunca. Y aunque duela hemos de tratar de regresar a nuestros puntos de referencia, pues si nos extraviamos por completo ya nunca seremos capaces de poco a poco ir encontrando de nuevo la luz.

¿Que todo esto os puede parecer injusto? ¿Que a veces os gustaría que algunas cosas no cambiasen?

¿No habéis pensado nunca que si algo ocurre, ha de haber alguna razón? A lo mejor si el destino nos hace sufrir es porque nos tiene preparado algo mejor…
.

2 comentarios: